Vera Lengsfeld

geboren 1952 in Sondershausen

De “lässig” (informal) nada. Läßig suele ir arreglado y con la ropa bien planchada. El típico abogado. Atrás quedaron los tiempos de revolucionario en los que cantaba por las calles de Leipzig con barba y una voluminosa melena en contra del sistema del SED. “La verdadera causa de la revolución fue el estado de fatiga y debilidad del sistema. Era como una casa de naipes a la que alguien tenía que dar un golpecito. Y ahí estábamos nosotros , los defensores de los derechos civiles”, cuenta Läßig.

Jochen Läßig se convirtió en uno de los protagonistas de la revolución pacífica. Estudió teología en Halle, donde fue expulsado, y continuó sus estudios en el Seminario Teológico de Leipzig. El joven se había recluido conscientemente en una rama de Letras sin plantearse seriamente el ser sacerdote. En enero de 1989, Läßig participó en una acción espectacular del movimiento en favor de los derechos civiles. El Estado conmemoraba también en Leipzig el asesinato de Karl Liebknecht y Rosa Luxemburg. Los nuevos revolucionarios hicieron un llamamiento a una contramanifestación, imprimieron y distribuyeron 10.000 panfletos con el lema “Libertad significa siempre libertad de disidir”. El 15 de enero tuvo lugar la primera gran manifestación de protesta en Leipzig previa al turbulento otoño de 1989. En ella participaron unas 800 personas. La policía disolvió la “concentración ilegal” y detuvo a 53 participantes, entre ellos Läßig.

Pasado el tiempo, él mismo recuerda la historia sin dramatismo: “los interrogatorios eran irrisorios, ninguna tortura”. ¿De dónde surgía el valor para sublevarse contra un sistema que parecía todopoderoso? “Dada la imposibilidad de hacer carrera, no teníamos nada que perder. Yo no sabía en qué debía trabajar: ¿como conserje o fogonero? ¿Quizás marcharme al otro lado?” 

Läßig se ganaba la vida como músico ambulante. Los viandantes se quedaban asombrados de que alguien tocara la canción Die andere Seite (el otro lado) de Georg Danzer. Läßig: ‟En realidad, la canción describe la vida de alguien que deja todo atrás. Pero en aquel entonces, para todos, "die andere Seite" se hallaba al otro lado del Muro”. 

El 10 de junio de 1989, Läßig organizó en Leipzig un festival de música callejero sin permiso del Estado. Actuaron 20 grupos. 1.000 policías y otros tantos funcionarios civiles procedieron contra los músicos y se los llevaron en camiones. El festival fue todo un éxito y no detuvieron al instigador. Sólo impusieron a Läßig una multa de 1.000 marcos. Los acontecimientos en otoño se encargaron de que no tuviera que pagarla.

Joachen Läßig no fue un revolucionario que pasara desapercibido. En la Stasi le catalogaron como el procedimiento operativo “Trompeta”. Después de 1989, ha seguido participando en política, formó parte del Consejo Municipal y volvió a causar furor en 1990 cuando atacó publicamente al Presidente Federal Richard von Weizsäcker en la iglesia Nikolaikirche por su supuesta implicación en negocios de armamento. Fue el momento en el que el revolucionario sintió que le enajenaban mentalmente. Le apagaron el micrófono. No obstante, algunos años despuésEn las viejas fotos de la oposición de la RDA, ella suele ser lo primero que llama la atención: Vera Lengsfeld otorgaba al movimiento en defensa de los derechos civiles de Alemania Oriental un hermoso rostro. Las ideas oposicionistas no fueron en absoluto algo que aprendiera en casa. Creció en un hogar totalmente conforme con el sistema. Su padre incluso trabajó durante un tiempo para el servicio de seguridad del Estado de la RDA. Ella estudió Filosofía Marxista Leninista y trabajó en la Academia de las Ciencias de la RDA a partir de 1975. Ese mismo año se afilió al SED por convicción, como muchos otros, pero no tardó en empezar a cuestionar la política del SED. La teoría y la realidad divergían de forma demasiado evidente. Puesto que no se guardó para sí sus críticas, sino que se unió a círculos opositores, el partido inició un proceso contra ella por “desviacionismo”.

Sin embargo, el efecto fue el contrario al deseado: Vera Lengsfeld se convirtió en una crítica radical del SED. Y, como suele ocurrir cuando a uno le decepciona una idea política, ejerció dicha crítica con especial tesón. En 1983 fue expulsada del SED y le prohibieron ejercer su profesión por haber protestado públicamente contra el estacionamiento de mísiles atómicos soviéticos en la RDA. A partir de entonces tuvo que buscarse la vida como apicultora y traductora, hasta que fue aceptada en una escuela superior eclesiástica para estudiar teología.

En 1987 participó en la fundación de la iniciativa Kirche von Unten (Iglesia desde abajo), que intentaba evitar el sometimiento de la Iglesia germano oriental a la política del régimen socialista. Participó también en talleres pacifistas y seminarios ecológicos celebrados bajo la protección de las iglesias. En 1988, fue detenida de camino a una manifestación estatal en honor a Rosa Luxemburg y Karl Liebknecht, a la que pensaba asistir con una pancarta propia. 

Acabó en la cárcel de la Stasi Hohenschönhausen de Berlín, donde hoy guía a grupos de visitantes. Su detención desató protestas no sólo en la RDA, sino también en el extranjero. Esto condujo a que el SED prefiriera enviarla a Inglaterra a “estudiar”, lo que hizo que Vera Lengsfeld casi se perdiera la revolución pacífica. No la dejaron volver a la RDA hasta la mañana del 9 de noviembre de 1989. En cuanto llegó, destinó toda su energía a la lucha contra la tambaleante dictadura del SED, y la noche del mismo 9 de noviembre que pudo presenciar la caída el Muro en Berlín. Al poco tiempo se afilió al recién fundado partido Grünen (los verdes), participó en la comisión constitucional de la Mesa Redonda Central y fue miembro de la primera y última Asamblea Nacional electa. A continuación, formó parte del Bundestag alemán durante 15 años, primero en las filas de los Grünen y después de la CDU.fue honrado por sus servicios.

Hubertus Knabe

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