Cuando la revolución comenzó, él ya era parte activa de ésta. Es como si durante muchos años se hubiera ido encaminando hacia ese acontecimiento, abonando el terreno y hubiera estado predestinado a desempeñar un papel destacado.

Hijo de un pastor protestante de Dresde, Stephan Bickhardt fue educado en la moral cristiana y heredó una postura alerta y crítica frente al Estado totalitario. En un principio le impidieron que hiciera la selectividad debido a la condición religiosa de sus padres, así que aprendió el oficio de fabricante de herramientas. En colaboración con el pastor Christoph Wonneberger, desafió a las autoridades estatales iniciando en 1979 la discusión acerca del servicio social pacifista como alternativa civil al servicio militar. Ese mismo año hizo la selectividad y comenzó a estudiar la carrera de Teología y Pedagogía en Naumburg.

En los años 1980, intensificó sus contactos con otros miembros de la oposición en la RDA. Stephan Bickhardt fue cofundador de grupos pacifistas y ecologistas, puso en marcha numerosas acciones, como lecturas en viviendas privadas, y estableció conexiones con los movimientos pacifistas del Este y el Oeste, así como con la escena cultural crítica de Berlín Este. En vista de las numerosas agrupaciones opositoras que existían, intentó unir lo que –como él pronto supo ver– pertenecía, en realidad, a un mismo movimiento. Nunca fue un intelectual que rehuyera la acción. Los conocimientos teóricos debían tener consecuencias reales, presentes, no en un futuro lejano. Su editorial radix para literatura clandestina, fundada en 1986, publicó Aufruf Neues Handeln (Llamamiento a una nueva línea de acción), que defendía el nombramiento de candidatos independientes y el control ciudadano de los resultados de las elecciones comunales de mayo de 1989.

Stephan Bickhardt instaba ya en febrero de 1989 en la iglesia Golgathakirche de Berlín al establecimiento de asociaciones políticas de alcance nacional, y, como consecuencia lógica, participó en el surgimiento de uno de los mayores movimientos civiles en otoño de 1989. El programa de Demokratie Jetzt era políticamente más mordaz que muchos otros y no tardó en exigir elecciones democráticas, eliminar de la Constitución el papel dirigente del SED y buscar la unidad alemana mediante un plan de tres etapas. Stephan Bickhardt fue gerente de este movimiento civil, trabajó en el borrador de una nueva ley de partidos y asociaciones y dirigió la campaña electoral de la coalición Bündnis 90/Grüne para las elecciones a la Asamblea Popular de 1990.

Un año después le había dado la espalda a la política profesional. Su seriedad respecto a la teología le permitió hacer una verdadera elección. La Iglesia no había sido nunca un mero refugio para la acción disidente. Eligió el oficio de pastor. Finalmente se unieron la política y la fe, los dos polos interconectados que marcaron su vida: Desde 2007, Stephan Bickhardt es el padre espiritual de la policía de Leipzig, y, por supuesto, sigue comprometiéndose activamente con la sociedad civil.