Fue uno de los pocos "verdaderos cerebros" de la revolución pacífica. Mientras que en otros sitios eran los intelectuales quienes encabezaban la protesta contra el régimen comunista, en la RDA, casi todos se mantenían al margen. Sólo en las iglesias había un puñado de académicos que teorizaban acerca de las posibilidades de cambiar la dictadura del SED desde dentro

Uno de ellos era Ehrhart Neubert, que trabajaba en el Departamento de Teología de la Asociación de Iglesias Protestantes de la RDA. En él investigaba el germinante movimiento de protesta eclesiástico en la RDA. En verano de 1989, aprovechó un viaje de trabajo a Occidente para exponer sus análisis incluso en un simposio de investigación sobre la RDA en Bonn –un acto inaudito y no exento de riesgos en aquellos tiempos.

Neubert no sólo investigaba acerca de los “grupos socializadores”, como llamaba a las agrupaciones independientes que actuaban bajo la protección de las iglesias, sino que también los apoyaba. Para no poner en peligro sus posibilidades laborales dentro de la Iglesia, no se abrió camino hacia las primeras filas de la oposición, sino que se mantenía a la sombra, aportando su inteligente capacidad de compresión y sus habilidades tácticas. Y hacía lo que más tarde continuó siendo su fuerte: establecer contactos entre los diferentes participantes. 

Su gran casa burguesa en la calle Wilhelm-Pieck de Berlín Este se convirtió por ello en un lugar muy concurrido por los opositores de la RDA en otoño de 1989. Allí se fundó, por iniciativa suya, el movimiento cívico Demokratische Aufbruch (DA) (resurgimiento democrático), que en un principio defendía el "socialismo democrático”, pero que en enero de 1990 se unió a otros partidos para formar Allianz für Deutschland (alianza por Alemania). Neubert pasó entonces a desempeñar durante un tiempo breve el papel de político profesional. Se sentó a la Mesa Redonda Central en nombre del DA y participó en la campaña electoral durante las primeras elecciones libres en la RDA. Pero cuando los asesores occidentales le instaron a cortarse su ondeante melena, él se opuso y se retiró de ese tipo de política. 

En enero de 1990, intentó suerte temporalmente en el partido de la oposición Bündnis 90, pero no tardó en volver a donde él se sentía más cómodo: en las iniciativas ciudadanas libres. Antes de que terminara el año, ingresó en el Komitee Freies Baltikum (comité del Báltico libre), que apoyaba la independencia de los Estados Bálticos. En 1996 fundó la Bürgerbüro Berlin (oficina ciudadana de Berlín), una organización no gubernamental que asesora a quienes han sufrido persecución política en su larga lucha para recibir una indemnización. Hoy en día, Neubert es el presidente de esta organización.

Volvió a hacer lo que mejor sabía hacer ya en la época de la RDA: analizar, exponer y, sobre todo, escribir excelentemente. En el 20 aniversario de la revolución pacífica se cerró el círculo de su vida con la presentación de una gran obra sobre la caída de la dictadura del SED titulada Unsere Revolution, pero, por lo que respecta a la preparación intelectual al cambio en la RDA, también podía haberse titulado Mi Revolución.