Bärbel Bohley

geboren 1945 in Berlin

Bärbel Bohley en la última etapa de su vida. Está sentada en el sofá de felpa verde de su casa berlinesa sita en la Fehrbelliner Straße 91. Parece cansada, debilitada por el cáncer. Quien mira atentamente percibe el brillo de sus ojos y la ligera sonrisa en sus labios. Con su ingenio, que nunca siguió ningún patrón, con su manera de reír, que superaba cualquier obstáculo, conseguía entusiasmar a la gente. A mediados de los 1980, se convirtió en uno de los rostros de la oposición en la RDA. La frágil rubia con su suave voz de niña, atrapada en el retrógrado Estado de la anticuada nomenclatura del SED, concedía entrevistas a periodistas de la televisión occidental, una de las pocas posibilidades de hacerse oír por los habitantes de su propio país. La pintora diplomada simplemente decía lo que muchos pensaban en ese gris país. Constataba que la RDA transgredía a diario los derechos humanos reconocidos habitualmente en el mundo civilizado y exigía libertad de expresión, de asociación y de viaje, así como elecciones y medios de comunicación libres. Parecía no tener miedo en absoluto, y no lo tenía. Su ejemplo alentó a innumerables personas a rebelarse contra el régimen de la RDA. 

En septiembre de 1989, fundó con sus amigos y camaradas Neues Forum (Nuevo Foro). El llamamiento fundacional se titulaba Aufbruch 89 (Despertar 89) y comenzaba con las legendarias palabras: "En nuestro país es evidente que existen graves problemas en la comunicación entre el Estado y la sociedad”. Casi al final ponía: "Por ello creamos juntos una plataforma política para toda la RDA que permita a personas de todas las profesiones, círculos sociales, partidos y grupos, participar en la discusión y superación de problemas sociales vitales de este país”. El efecto fue arrollador. Personas desconocidas de todas partes de la RDA la llamaban para contarle que en su ciudad también se estaban realizando manifestaciones, que ahora la gente se atrevía a salir a la calle. Bärbel Bohley se convirtió en una figura central; su casa en la calle Fehrbelliner del barrio berlinés de Prenzlauer Berg, en un punto de confluencia de la Revolución Pacífica. 

"En aquel entonces parecía que vivía en un estación", recuerda ella aquella época al final de su vida. La gente iba y venía, entraba y salía de su casa. Ella coordinaba los contactos entre los grupos disidentes de todo el país, que eran cada día más. "La mejor época de mi vida", decía haciendo alusión a aquellos meses. "Estábamos eufóricos las 24 horas del día, como en un sueño. Éramos una fuente inagotable de ideas". Y la gente sencillamente confiaba en ella. Al igual que en los numerosos proyectos de ayuda que puso en marcha en los Balcanes durante doce años a partir de 1996; tenía el don de poner en contacto a las personas adecuadas y de actuar en el momento oportuno. Ella tenía la convicción de que las cosas podían solucionarse. Bärbel Bohley encarna probablemente como nadie el carisma de la revolución de 1989. Se atrevió a confiar en su corazón – fue lo primero que hizo.

Renate Oschlies

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