Konrad Weiß

geboren 1942 in Lauban

En marzo de 1989 apareció en el Samizdat (autoeditorial clandestina) de Alemania Oriental un artículo que desencadenó acaloradas discusiones. En dicho artículo, el director Konrad Weiß apuntaba fenómenos fascistas y neofascistas bajo el título Die neue alte Gefahr. Junge Faschisten in der DDR (La nueva vieja amenaza. Jóvenes fascistas en la RDA). En su diagnóstico de la sociedad germana oriental, Weiß dibuja un aterrador cuadro de costumbres. Fue un golpe analítico en pleno corazón de los comunistas gobernantes. Konrad Weiß ha recorrido un largo y arduo camino. Desde las opresivas experiencias como único católico confeso de su clase o la negación del permiso para ir a la escuela secundaria, hasta su colaboración con la acción Sühnezeichen (signos de expiación) o su abierto compromiso político en una sociedad cerrada.

A principios de septiembre de 1989, fue uno de los iniciadores del movimiento ciudadano Demokratie Jetzt (Democracia Ahora). De cara al público era un hombre de principios firmes, pero no un doctrinario que defendiera su opinión a capa y espada, sino que estaba abierto a argumentaciones en contra. Como representante de la Mesa Redonda Central, calmó ante las cámaras a la masa de gente que estaba asaltando la central de la Stasi en Berlín Oriental el día 15 de enero. En la Asamblea Popular, el 12 de abril de 1990, fue el promotor de una declaración en la que la RDA se disculpaba por primera vez oficialmente ante los judíos por la Shoá y por su política anti-israelita. Durante los últimos días de la RDA, luchó enérgicamente por la inclusión de la Ley de los Expedientes de la Stasi –como se llamaría posteriormente– en el Tratado de la Unificación.

En junio de 1989, Konrad Weiß escribió en el periódico hamburgués Zeit que en el Este la idea de la unidad era más vital que en Occidente y que esperaba que algún día se llegara a la unidad alemana. Para entender su lógica hay que tener en cuenta que él otorgó a Demokratie Jetzt (Democracia Ahora) un vago concepto de reunificación; que el 9 de noviembre de 1989 se paseó alegremente por el trozo derribado de Muro en la calle Bornholmer Strasse y que, aun así, a finales de noviembre de 1989 era uno de los impulsores del llamamiento Für unser Land (Por Nuestro País). De hecho, él fue uno de los redactores de los borradores.

Konrad Weiß quería la unidad, pero negociada entre las partes de tú a tú. En su opinión, para ello era necesario, en primer lugar, la existencia de un Estado democrático en la RDA. Pensaba más en el artículo 146 de la Ley Fundamental que en la vía según el artículo 23. Cuando se percató de que no se iban a poder imponer sus ideas, el 17 de junio de 1990 intentó poner en escena la integración inmediata de la RDA por parte de la Asamblea Popular de acuerdo con el artículo 23, en un procedimiento similar a un golpe de Estado. Eso hubiera significado que los Estados Federados de la RDA hubieran recibido de forma inmediata, sin tratado de unificación, los mismos derechos que los ‟antiguos” Estados de la RFA. El susto que esta radical alternativa provocó en el Gobierno de la RDA y en el canciller Kohl era evidente, mientras observaban indefensos durante cuatro horas desde la tribuna de espectadores el acontecer en el pleno de sala. Weiß no era un personaje que se caracterizara por escandalizar a sus conciudadanos, pero a veces sí que lo hacía con los gobernantes.

Ilko-Sascha Kowalczuk

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