El arte en la RDA va unido a la ideología política del partido del Estado SED. Todos los ámbitos del arte son dirigidos y controlados por el Estado. No existe un mercado del arte libre.
A finales de los años 1970 comienza a desarrollarse en la RDA una escena artística alternativa. La mayoría de sus protagonistas no se consideran a sí mismos opositores políticos. Pero su afán por utilizar formas de expresión propias genera desconfianza entre los dirigentes de la RDA. La Stasi se infiltra en la escena para limitar su repercusión pública.
Aun así, los escritores, actores, pintores y músicos críticos cuentan con un público creciente en las iglesias, patios traseros y salas privadas. Algunos artistas se oponen abiertamente a la dictadura y colaboran con grupos opositores. A estos artistas se les prohíbe trabajar, se les detiene o expulsa. Cada vez más artistas intentan irse de la RDA para poder crear libremente.